Proyecto que  combina el blanco y el negro, que confieren elegancia, sencillez y sobriedad al conjunto edificado.

Destacan sobre manera los blancos de la fachada de ladrillo cara vista con brillo y los negros de la carpintería de aluminio anodizado, así como las zonas macizas entre los huecos, todo ello coronado elegantemente con una cubierta de teja moruna adecuada al entorno urbanístico más tradicional de la zona.

La dirección de ejecución de obra por parte de Óscar Mata Zaragozá se ciñó a las fases de excavación, cimentación, estructura al completo e incio de cubierta y cerramientos.

La principal dificultad la presentaba la parte de la cimentación adosada a las medianeras vecinas, debido a la cercanía de las edificaciones colindantes y el posible riesgo de corrimientos de tierras que pudieran afectar a sus estructuras.  Fue necesario llevar a cabo un plan de control de la ejecución, siendo necesaria en dichas zonas la ejecución por fases o bataches,  con el fin de garantizar la viabilidad de la obra y lo que es más importante la seguridad y estabilidad de los edificios vecinos. La ejecución fue todo un éxito.