Intervenciones en Colegio Jesús-María durante 2014 y 2015, consistente en refuerzos estructurales, reforma de zonas interiores: aulas, baños, etc. y realización de nuevas pistas deportivas y zonas ajardinadas.

La intervención de Óscar Mata Zaragozá se ciñeron únicamente a la Coordinación de seguridad y salud durante la ejecución de las obras.

Los trabajos se realizaron para todos los casos durante las vacaciones estivales, con lo que no habían niños en la zona de trabajo, no obstante parte de los trabajos quedaron por terminar cuando se reanudaron las clases, esta circunstancia hizo que tuviera que hacerse un sistema de vallado y delimitación de las zonas en obras, lo que supuso una importante labor de coordinación y control de cada tarea, del personal de obra y lo que es más importante garantizar la seguridad de alumnos, profesores y demás personal  del Colegio.

Todo empezó cuando se realizó el cambio de un inodoro en uno de los baños de planta primera del Ala Oeste del Centro docente, donde se detectó una vigueta con principio de corrosión y parte del pavimento cedido.

Se realizó un estudio organoléptico para ver el estado general y se detectaron más zonas de pavimento cedido, lo que hacía sospechar la posible existencia de más viguetas en mal estado. La dirección del Colegio se decide a la realización de un Proyecto Completo de Restauración y Reforma, puesto que el centro necesitaba una restauración profunda en general, y más concretamente  en la zona de fachada posterior y patio interior, así como la necesidad de redistribuir una zona de aulas.

En líneas generales, el Proyecto contempló:

– La retirada del pavimento actual de terrazo y su relleno, que generaba un peso excesivo dando lugar a las citadas deformaciones, para sustituirlo por un relleno de hormigón aligerado y armadura de reparto terminando con un pavimento de gres porcelánico, lo que daría mayor ligeraza al conjunto y un alivio a la estructura.

– Sustitución de las viguetas que presentaran un elevado grado de oxidación/corrosión y deformación, una vez retirado el pavimento existente.

– Restauración completa de frentes de forjado y fachadas en zona de patio interior.

– Restauración completa de fachadas posteriores con especial hincapié al picado de un tramo de 1,50 m en fachadas norte que presentaba humedad por ascensión capilar.

– Reforma de baños y generación de nueva aula en Ala Oeste de planta primera.

– Reforma de zona de dirección y archivo en Ala Oeste de planta segunda.

La ejecución de la obra deparó muchas sorpresas, y si bien no se encontraron demasiadas zonas dañadas las que se encontraron fueron de un calado importante.

Las viguetas de acero dañadas presentaban un importante desprendimiento de herrumbre, y en ocasiones con agujeros y huecos de importancia, no suponían un peligro inminente pero dada la intervención lo más conveniente era reemplazar las viguetas por unas nuevas.

Otra de las sorpresas se encontró en el la zona de pasillo porticado de planta primera, donde una vez retirado el pavimento se detectaron un número importante de viguetas de madera degradadas por ataque de carcoma y pudredumbre por afección de la humedad. La solución que hubo que adoptar y que no estaba prevista en el Proyecto fue la de restaurar esas viguetas dañadas mediantes el sistema Beta, que consistía en la retirada de la partes dañadas mediante serrado y recomponsición con varillas de fibra y un mortero especial compuesto por resinas epoxídicas, todo ello mediante materiales homologados y certificados.

Para ejecutar el hormigonado de la capa de compresión de plantas primera y segunda se apuntalaron y apearon ambas plantas convenientemente. El hormigón estuvo compuesto por un mortero autonivelante y árido ligero (arlita) con mallazo de acero para reparto, con lo que se consiguió un elemento que rigidiza la estructura sin sobrecargarla demasiado. Además se colocaron los conectores necesarios entre viguetas metálicas y de madera y la capa de hormigón para asegurar el buen funcionamiento del conjunto estructural.

La barandilla del pasillo porticado de planta primera sufrió una restauración de importancia así como una reestructuración dado que fue neceario realizar un suplemento para que ésta tuviera una altura de 1,10 m, ello supuso tener que adaptar la ampliación a la decoración existente buscando mantener la armonía del conjunto.

Proyecto que supuso una  reparación en Fachadas, subsanación de entrada de agua en  Sótano y arreglo de las Cubierta para evitar filtraciones.

Intervención en fachadas: supuso la eliminación del mortero de unión entre los ladrillos cara vista dada su pobreza en cemento y que estaban experimentando un vaciado progresivo, incluso llegando al punto de producir «chorretones» en fachada como consecuencia de las inclemencias meteorológicas.

Entrada de agua en sótano: se producía una importante entrada de agua a través de los muros de sótano durante las épocas de lluvia por empapamiento de los jardines que circundan toda la comunidad, constituyendo el caldo de cultivo para dirigir el agua hacia el trasdós de los muros y por los poros del muro al interior de los garajes. Había que taponar esa vía de agua.

Arreglo de cubiertas: se buscaron 2 alternativas, para el caso de las cubiertas no transitables que actuaban de techo de los locales comerciales de planta baja, se optó por la retirada completa de la antigua cubierta para hacer una nueva. Para el caso de las azoteas de cierre del edificio en planta última, se optó por el doblado de una nueva impermeabilización y pavimento.

La Dirección de Ejecución de obra así como la Coordinación de Seguridad y Salud durante la Ejecución por parte de Óscar Mata Zaragozá fue muy exhaustiva con visitas diarias al edificio para marcar, controlar y asegurar cada trabajo, así como la medición de cada uno de ellos para ajustar los trabajos al Presupuesto que la Comunidad tenía marcado. Se redactó además un dosier mensual a modo de diario de obra donde se recogían todas las intervenciones, acompañadas de pequeños comentarios y gran número de fotografías y planos, todo ello con el propósito de que todos los vecinos superieran exactamente la dimensión de la obra en cada unos de los bloques.

En líneas generales, la intervención en fachadas fue: limpieza de fachada con agua a presión de todas las fachadas Norte y algunas otras que se consideraron muy degradadas, reposición del mortero mediante mortero ensacado predosificado M-7,5  y posterior aplicación de un hidrogugante o repelente al agua.

La intervención en los sótanos fue mucho más difícil de llevar a cabo. Tras innumerables propuestas se optó por la inyección de unas resinas aquoreactivas que taponaban los posibles poros o grietas que pudieran dar lugar a entradas de agua, las resinas al entrar en contacto con el agua aumentan de volumen y cierran las vías de acceso del agua. Finalmente la intervención resultó todo un éxito y a día de hoy no existen filtraciones de agua.

La intervención en cubiertas a nivel de planta baja supuso la modificación de las pendientes de evacuación para asegurar la correcta eliminación del agua. Cabe destacar la intervención en las manasardas (elemento de remate/coronación de antepecho de cubierta) y que son el símbolo del edificio. Tras muchos apuntes por parte de los vecinos en relación a la existencia de arrugas en la lámina asfáltica vista de color verde, se ideó un sistema de ejecución por tramos de 1 metro solapadas entre sí, que dio lugar a un resultado uniforme y de aspecto estético impecable.

Las intervenciones en el interior de las viviendas supusieron un gran trabajo de llamadas y coordinación de horarios con los propietarios para concretar con ellos el mejor momento para llevar a cabo las reparaciones en sus viviendas, todo ellos con el fin de evitar alterar lo mínimo posible su vida normal.  Sin duda poner de acuerdo a 252 vecinos fue un trabajo arduo y difícil, pero al final de la obra fue gratificante al recibir el agradecimiento de infinidad de personas.

Proyecto muy ambicioso que no estuvo exento de dificultades de gestión con el Ayuntamiento de la localidad.

El grueso del Proyecto se basaba en la creación de una estructura externa e independiente que generaba un elemento anexo para alojar un ascensor en la fachada posterior. Aprovechando esta circunstancia y con el fin de integrar arquitectónicamente el citado elemento anexo con el edificio existente, se ampliaron las terrazas, de manera que se consiguió crear un conjunto armónico.

El Proyecto se completó con intervenciones en la restauración de todas las fachadas, dado su avanzado estado de degradación, puesto que el edificio se construyó en el año 1968 y no se había realizado actuación alguna en él; cambio de cableado eléctrico, nuevos pavimentos en terrazas, cambio de barandillas de cerrajaría degradadas, restauración de tramos de ladrillo cara vista en fachada, cambio de carpinterías exteriores y retirada de cajones exteriores de persiana vistos, entre otras intervenciones.

El elemento que requirió una mayor atención en cuanto a la Dirección de Ejecución de la obra fue sin duda el ascensor.

La estructura que formaba el elemento caja del ascensor vino montada de taller en dos tramos con todos los perfiles perfectamente soldados. Se montó con ayuda de una grúa y en 2 fases,  se sujetó a la estructura del edificio existente mediante la  interposición de unos pasadores/bulones calculados para absorber los posibles movimientos estructurales del nuevo elemento con respecto al edificio original.

También fue característico el cerramiento que vistió la estructura de la caja del ascensor, puesto que se llevó a cabo con una serie de bandejas metálicas lacadas y un aislamiento de lana de roca para silenciar al máximo los posibles ruidos que pudiera generar la caja de ascensor cuando éste estubiera en marcha.

En definitiva una obra donde confluyeron conjuntamente la arquitectura y la ingeniería con un resultado muy adecuado y donde la propiedad quedó totalmente satisfecha.

Los trabajos en este caso se centraron en la Dirección de Ejecución de obra y la Coordinación de Seguridad y Salud durante la Ejecución por parte de Óscar Mata Zaragozá.